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Prácticas para prevenir la demencia senil

Las investigaciones demuestran que las aplicaciones para móviles de entrenamiento mental no coinciden con diversas formas que el ejercicio beneficia a la mente.
Para evitar el deterioro cognitivo relacionado con la edad, uno puede tener la tentación de recurrir a aplicaciones de entrenamiento cerebral. El año pasado, los consumidores gastaron casi $ 2 mil millones en ellas, algunas de los cuales afirman mejorar las habilidades cognitivas.
La evidencia sugiere que sería mejor pasar más tiempo haciendo ejercicio y menos tiempo mirando su teléfono.



Este año, la Organización Mundial de la Salud publicó pautas basadas en evidencia para reducir los riesgos de deterioro cognitivo y demencia. Aunque señaló algunas revisiones sistemáticas que informaron efectos cognitivos positivos del entrenamiento cerebral, el W.H.O. juzgó que los estudios eran de baja calidad. Entre las limitaciones de los estudios se encuentra que solo miden los efectos a corto plazo y en las áreas objetivo del estudio.
No hay evidencia a largo plazo de mejoría general en el rendimiento cognitivo.
En vez de juegos mentales, mover tu cuerpo es una de las cosas más útiles que puedes hacer. Al menos 150 minutos de actividad física moderada por semana, incluido el entrenamiento de fuerza, produce no solo beneficios físicos sino también cognitivos. Pero para ser más efectivo, debe hacerse antes de que comience el deterioro cognitivo, según el W.H.O.
Alguna evidencia para apoyar esta recomendación proviene de estudios a corto plazo. Varios estudios aleatorios de Tai Chi para adultos demostraron que producía importantes beneficios cognitivos. Del mismo modo, estudios aleatorios de ejercicio aeróbico para mayores demostraron mejoras a corto plazo en el rendimiento cognitivo.
Una revisión sistemática publicada este año en PLOS One examinó 36 estudios aleatorios de programas de ejercicio que duraron entre cuatro semanas y un año. Encontraron beneficios cognitivos en actividades como andar en bicicleta, caminar, trotar, nadar y entrenar con pesas.
Resultados como estos pueden no ser duraderos en el tiempo, pero hacer experimentos sobre los efectos cognitivos a largo plazo de la actividad física es difícil. No es práctico asignar aleatoriamente a las personas a décadas de diferentes niveles de actividad, y luego probar su función cognitiva en la vejez.
Es por eso que los estudios a largo plazo demuestran una asociación, no necesariamente causal, entre un estilo de vida físicamente activo y un mejor rendimiento cognitivo más adelante en la vida. Es posible, por ejemplo, que las personas que están motivadas y son más activas durante un período prolongado también puedan hacer otras cosas o tener otras características, tal vez incluso genéticas, que eviten el deterioro cognitivo.
Fuente: https://www.nytimes.com/2019/10/21/upshot/alzheimers-exercise-brain-apps.html